Urubús

 "porque ellos hicieron todos esos robos 

y pusieron esas bombas 

para que el mundo sea mucho mejor 

y no es una contradicción"

("Gost in the F.O.R.A", Loquero)


Marcos pensó que la morocha petisita de ojos chiquitos y cejitas arqueadas estaba buena y que hacía mucho frio para ser un veinticinco de marzo. En realidad hacia como doce grados, pero Marcos andaba con una remera porque era así de despistado, lo ultimo que hacía era sacar la mano por la ventana para ver que ponerse ese día. 

-¿Tenés fuego? le dijo Romina, mientras Marcos volvía a su soliloquio: "me tirará onda?.....bue me pidió fuego....pero debo haber sido el que menos cara de buitre tenía, somos como seis los que estamos fumando acá". - Si, tomá- le dijo. 

Apoyado sobre una de las columnas del hall de la casa verde de la U.N.C. Mientras estaba de espaldas a un cartel que invitaba a una catedra libre de Marx, el típico cartel de todos los años. Pareciera que les hacen fotocopias, una total alienación, todos los años ponen la misma foto estos troskos -hubiese pensado Marcos-. Luego, le preguntó un par de cosas sobre la cátedra y tras unos chistes y un par de miradas cómplices, no pasaría mas nada que lo que tenía que pasar.


Nada fortuito: ni la casa verde, ni la facultad de humanidades. Simple fruto de la causa-lidad, Marcos estudiaba filo, Romina estudiaba filo, los dos eran medio raritos, no les gustaba la gente en demasía -casi misántropos- Por algo estaban en ese tipo de reductos, para tratar de comprender por qué el mundo era la mierda que era, o por lo menos, la mierda que ellos pensaban que era. 


Se conocieron y a la semana estaban en el dpto. de Romina, creyendo que se conocían mas de lo que en realidad se conocían. Pizzas, vino rico, y de fondo el Chary de Loquero de fondo cantando por lo mismo que ellos dos se habían metido en filo:      


 "...Nadie puede entender y nadie quiere..."


Romina estaba recursando intro a la filo; esta vez a la mañana porque el año pasado se había puteado con un profesor de la cátedra de la noche. Muchas veces me pregunté cuanto había de intolerancia y cuanto de libertario respecto a la forma en que se comportaba. Era una persona temperamental por no decir que era una loca de mierda que te puteaba cualquier cosa si no estabas de acuerdo con ella. También tenía momentos en que le agarraban los ataques de cólera contra los inescrupulosos y/o berrinches contra la sociedad. Sus pensamientos acerca de "como se debía actuar" y un millar de postulados más, conformaban un etcétera del cual se podría escribir un libro: ¿Se acuerdan de la discusión por el gol de Maradona a los ingleses? Si, si. Asi era Romina.


En cuanto al Marcos “publico”, ese si que era otro caso, le decían "el mudo", y era casi literal, pocos le conocían la voz, el hablaba lo justo y necesario y a los diez minutos te quedabas pensando en como era su voz, como que te olvidabas, pero siempre que decía algo era un mazazo ante su interlocutor. En forma positiva o negativa -como quieras- pero siempre era como si concentrara dos o tres horas de discusión en un par de frases, y te quedabas en silencio. Todos se quedaban en silencio. Al contrario de Romina que hablaba por demás, Marcos era alguien muy silencioso y muy lapidario, con decirte que Romina tenía que tomar envión para decir algo luego de pensar en lo que había dicho su novio.


Después de un tiempo indefectiblemente bajaron la guardia, ya no era momento de sostener poses y tal vez solamente ser como ellos realmente eran, con todas las contradicciones que sus humanidades traían consigo. Por ejemplo te podría decir que Romina tenía una fascinación por los crucigramas, sudokus y demas bolu-pasatiempos y, los domingos cuando no tenía un pedo que hacer -que era lo mas normal en ella- veía en canal 12 las películas patéticas de Julia Roberts y se le caían terriblemente los mocos. 

Por el lado de Marcos también había otro simulador, se hacía el duro pero estaba estupidizado por ella, no había caso, le apretabas un poquito el cuore y chau. Adiós filosofía a martillazos, adiós al pesimismo de Shopenhauer, adiós al ascetismo de Kant.


De la mutua filo-mis-antropía, se podía vislumbrar que entre ambos además de sus sueños de mundos mejores, sociedades hipotéticamente justas, y la famosa "armonía universal", había algo mas profundo que los unía.


El día de las bombas, recuerdo que en el local de la veterinaria con las jaulas abiertas y todos los animales por fin libres, como recuerdos de brazos que nadie iba a torcer, quedaron los restos de sus extremidades superiores que paradójicamente no fueron volatilizadas por el mal manejo de explosivos plásticos. En loop quedó sonando el tema "Gosth in the F.O.R.A" y el atentado ecológico quedó a medio hacer. Ya no mas discusiones que no llevaban a nada, ya no más pintar “asesinos” en los puertas de los frigoríficos, ya no mas salir con el stencil a pintar una chica con una flor en las paredes de las comisarias de barrio, colegios, cárceles y/o toda otra entidad rectora. Dejarse de joder: Ya no mas nada. Pero a esta altura de las circunstancias eso ya no le preocuparía a nadie, tal cual como rezaba el proverbio zen:


"Si un arbol cae en un bosque y nadie lo escucha, ¿hace ruido?"

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